El control del etiquetado en los productos alimentarios.

Hasta hace poco las empresas de alimentación podían decir en el etiquetado de los embases de sus productos todo lo que les apetacía.

No había control sobre los elóganes que atraían a los consumidores por unas propiedades no demostradas y, normalmente la mayoría de ellas, eran falsas. No había rigor científico en esos elóganes que como vimos en un artículo anterior "La Panacea Universal. Bebidas energéticas." prometían que en una serie de componentes, la mayoría inservibles, unas propiedades que no estaban demostrados científicamente.

"¡Reduce el colesterol!"
"¡Ayuda al sistema inmunitario!"
"¡Ayuda a tus articulaciones!"
"¡Ayuda al rendimiento físico!"
"¡...intelectual!"
¡¡¡Absolutamente para todo!!!

Nace la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), con la idea de acabar con la estafa y el caos en el que se habían convertido el etiquetado de las empresas alimentarias en sus productos con propiedades que en realidad no tienen rigor científico y, así, deben demostrar, antes de publicitar tales propiedades, estudios que la demuestren.

Como era de esperar, las empresas alimentarias ante ésto, comienzan a enviar informes que en el 99% son rechazados como NO probatorios de las bondades terapéuticas y suplementarias para el organismo de los eslóganes.

Según la EFSA:

El colágeno oral: NO sirve para las articulaciones.
El ácido hialurónico: NO sirve para las articulaciones.
La L carnitina: NO sirve en los gimnasios.
Las isoflavonas: NO ayudan a la menopausia
Y, sobre todo, los Lactobacilos, no se ha demostrado que haga NADA en el organismo humano.

Ante todo este desorden y sabedor que, por fin, hay un organismo oficial que vela por la seguridad de que no nos tomarán más el pelo... De eso nada. Las empresas, para cumplir la legalidad han dado con un recurso idóneo que les salva.

El asterisco
De este modo, inventan en el etiquetado el "Asterisco" que consiste en remitir a la letra pequeña en el dorso para cumplir con el requisito que exige la autoridad oficial, pero no del componente que vende con letra mayúscula sino de una pequeña dosis de un componente añadido que resulta probado que SI posee esa propiedad.

Para muestra un botón:



Qué dice la autoridad europea al respecto sobre Lactobacilus Casei... que NO ayuda al normal funcionamiento del sistema inmunitario pero de la vitamina B6 en la referencia EFSA Journal 2009; 7(9):1225, que la vitamina B6 contribuye al funcionamiento normal del sistema inmunitario...

Entonces el asterisco nos remite al dorso del cartón donde aparece que lo que realmente ayuda al funcionamiento del sistema inmunitario es la vitamina B6 que contiene.

Esa vitamina se encuentra en un plátano en una cantidad TRES VECES MAYOR, que la dosis añadida al yogurt líquido, sabiendo que éste último cuesta, paradógicamente, tres veces más que el plátano.


A propósito de la necesidad de tomar vitamina B6; infinidad de encuestas realizadas sobre nutrición y costumbres alimentaria en España, certifican que los españoles tomamos suficiente alimentos con vitamina B6 y ésta vitamina no la necesitamos como complemento ha nuestra dieta. En resumen, estamos pagando un sobrecoste en busca de un suplemento que no necesitamos por una vitamina que de forma natural (p. ej. un plátano) en mayor cantidad.

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